La meditación de la pasa es uno de los ejercicios más utilizados en los talleres de mindfulness mundialmente. Es muy sencillo y revelador. Una experiencia fascinante donde, generalmente, se advierte que si comiéramos siempre así nuestra relación con los alimentos sería más agradable y satisfactoria. Pasamos una buena parte de nuestra vida comiendo y , generalmente, tendemos a realizar este acto sin prestar atención, con el piloto automático o como un mero trámite para poder continuar con nuestras obligaciones.
Es un ejercicio que, además, contribuye a señalar que no hay nada especialmente raro o místico ni en meditar ni en estar atentos.
El ejercicio consiste en tomar una pasa (si al niñ@ no le gustan las pasas, puedes escoger otra fruta como, por ejemplo, una mandarina) de la siguiente manera:
Es un ejercicio que, además, contribuye a señalar que no hay nada especialmente raro o místico ni en meditar ni en estar atentos.
El ejercicio consiste en tomar una pasa (si al niñ@ no le gustan las pasas, puedes escoger otra fruta como, por ejemplo, una mandarina) de la siguiente manera:
- Pon la pasa en la palma de tu mano, obsérvala unos momentos. Mírala con un sentido de curiosidad y asombro, como si ésta fuera la primera vez que has visto una pasa (de hecho, es probable que esta sea la primera vez que miras realmente una pasa o la fruta que hayas escogido). Siente su textura en la mano y fíjate en el amplio abanico de colores y tonalidades, en cómo incide la luz en sus pliegues.
- Hazte consciente de cualquier pensamiento que pase por la cabeza, de cualquier idea que pueda asaltarte sobre pasas o de comida en general.
- A continuación la hueles durante un ratito.
- Después, acércatela a los labios, siendo consciente del lento movimiento de la mano al acercar el alimento a la boca y de cómo salivas al anticiparse tu mente y tu cuerpo a la acción de comer.
- Pon la uva pasa en los labios, pásala por ellos, casi sin rozarlos, ¿cómo notas su piel en los labios?
- Luego pon la uva dentro de la boca, siéntela en la lengua. Después mastica muy despacio, experimentando realmente el acto de masticar una sola uva pasa, su sabor real.
- Posteriormente, cuando te sientas preparado para ingerirla, presta atención al proceso, experimenta con plena conciencia el impulso de tragar, intenta sentir como pasa por la garganta y recorre el camino hacía el estómago.
La realidad es que, cuando empiezas a prestar atención de esta forma, tu relación con las cosas cambia. Puedes empezar a ver un orden y una vinculación entre las cosas que antes no eran visibles.
¡¡ANIMAROS A HACER ESTE EJERCICIO EN CASA CON LOS PEQUES!!
¡¡ANIMAROS A HACER ESTE EJERCICIO EN CASA CON LOS PEQUES!!
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